dimecres, de juliol 13, 2005

Tu nombre

Tu nombre está grabado sobre la mesa,
es el nombre con que te habito;
me has revelado un fulgor tras la ventana
de la casa de la vida, encendida.
Las casas están hechas para amar,
en cuyas lindes el hombre busca la razón
con que despertar a la piedad
de aquél que ha muerto sin temor.
Porque , solo, está aquél que ha deseado
ser fiel a la adversidad,
mas no vive el recuerdo al final,
si sólo ha conquistado su certeza.
Va consumiéndose el joven,
y el viejo abraza su cobardía,
el regreso a aquella canción desdibujada
fue, como un ángel caído, en vano.
No trato de regresar al sentido
por veredas que la maleza borró,
ni de conquistar aquella nube
en cuyo interior late el relámpago.
Me basta con el rescoldo de la cocina,
con la mesa puesta, la sobremesa,
entre cafés con galletas y miel.
Y nada pido más que el gozo
de habitar en el oficio supremo;
feliz aquél que sigue en pos de la vida,
su nombre jamás será borrado.