divendres, d’abril 08, 2016

A Carlos Loreiro
esa mujer sibilina me acaba de abrir los ojos
que los poetas, digamos, por decir algo, poetas...
que guardan con silenciosa modestia sus curradas
son unos farsantes en su más noble y patético sentido

bajemos hacia las cavernas de estos atapuercas
y comprobemos cómo se vende el pescado salvo
uno que sí es per se verdaderamente poeta
te aconsejo, Carlos, que en las reuniones
de los doctos y sesudos poetas infalibles
reprimas la risa y ovaciona con vítores a sus audiencias
mientras descorchas una botella de champaña
francés no el cava catalán en cuya aldehuela moro
tampoco te leas mucho el tocho de los españoles
no vale la pena malgastar un euro por un duro
siéntete cómodo en China en Inglaterra en San
Petersburgo
y vuelve con Catulo, con Safo, con Estratón de Sardes
a descubrir que después de lo vasco todo está inventado
comerciemos en América con Whitman y Vallejo,
y no, por Niche, con Poe pero sí si te place con
Dickinson
es mi parecer, Carlos, "en esta ciudad en que no busco
nada"
llena de farsantes cínicos buhoneros y zorras
joder me salió la palabra hipócritas
en esta ciudad que es España que es castilla la vieja
castilla la baja tan apenas encontrarás más que
un puñado de genios Unamuno García Montero Cernuda
todo lo que escribimos ahora ya lo inventaron los chinos
los judíos los griegos las nuevas sensibilidades
a ellos debemos aspirar y no al premio del dinamitero
mas pocos a día de hoy pueden elevar su vozarrón
a la altura del tacto con que imprime la palabra
un poema que puede que lo detestes o que te agrade
pero que el placer pese a quien pese siempre
siempre
será mío.